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Las grandes damas tuvieron como factor común el ocuparse directamente de apoyar a las instituciones eclesiásticas, conventos, monasterios y órdenes religiosas y así lo hicieron en buena medida; esta era quizás una de las formas de manifestar su poderío y de paso, exteriorizar abiertamente sus inclinaciones culturales, artísticas y por supuesto religiosas, pero también de hacer suya la creencia de que así salvarían su alma inmortal. Fuera cual fuera la razón, mientras sus nobles maridos se dedicaban a la guerra y a la paz, muchas de estas mugeres se convirtieron en verdaderas mecenas. Gracias a ellas ahora podemos contemplar magníficas muestras artísticas y entender la historia aún latente en sus piedras.  Por supuesto, en la provincia de Segovia también dejaron rastro de su patrocinio.

¿Has visitado alguna vez estos edificios?

San Baudilio, Samboal
San Baudilio, Samboal
Monasterio de Santa maría la Real de Sacramenia
Monasterio de Santa maría la Real de Sacramenia
Santa María de la Sierra (Collado Hermoso)
Santa María de la Sierra (Collado Hermoso)

Seguro que sí, pero lo que quizás no recuerdas es que hubo detrás grandes damas que se preocuparon por ellos.

Eylo Alfonso
Eylo Alfonso

En la provincia de Segovia son numerosas las muestras de colaboración con el patrimonio de la Iglesia. Una condesa del siglo XI, Eylo Alfonso, por ejemplo, se encargó de la restauración del desaparecido monasterio de San Baudilio de Carracielo del Pinar. 

¿Qué dónde estaba este cenobio? Posiblemente el nombre del santo, si le das un par de vueltas, te recuerde al de un pueblo segoviano cercano a Cuéllar... Samboal. ¿Lo conoces? Seguro que sí.  

Alfonso VII y su primera esposa doña Berenguela de Barcelona beneficiaron en repetidas ocasiones al abad de Santa María y San Juan, de Sacramenia, al que donaron tierras y otros bienes, y mandaron allí edificar un espléndido monasterio cisterciense que, en parte, aún tenemos el placer de contemplar. 

Fue justamente este monarca, el Emperador, un gran viajero por la geografía segoviana y fiel protector de los cistercienses, quien introdujo la Orden en Sacramenia en el año II4I,donde antes había un convento benedictino. 

Y no sólo eso sino que la siguió protegiendo hasta su muerte junto con su segunda esposa, Riquilda, una de las sobrinas del germano Federico Barbarroja.

Berenguela de Barcelona
Berenguela de Barcelona
Riquilda de Polonia
Riquilda de Polonia
Fernando III y Beatriz de Suabia
Fernando III y Beatriz de Suabia

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