Las Clarisas llegan a  Cuéllar

El siglo XII trasladó a Castilla a otra congregación religiosa, en este caso una nueva orden italiana recién fundada, la de las Clarisas o seguidoras de Santa Clara de Asís, una orden pobre y para los pobres que halló entonces, por las tierras de pinares del Noroeste segoviano, cobijo para dos de sus casas. 

Clarisas
Clarisas

Con el nombre de Santa María Magdalena se recoge la fundación del primer convento femenino cuellarano, allá por la mitad del siglo XIII, cuando, según las crónicas, Santa Clara de Asís estaba aún vivita y coleando.

María Magdalena fue no sólo su primera denominación sino posiblemente un experimento temprano de vida ascética femenina en forma de beaterio, amparado por la presencia de una cercana ermita. De beaterio pudo subir un escalón y pasar a ser convento de monjas de San Damián, las llamadas Damianitas, del que se ignora casi todo, incluida su localización exacta, que se suponía, en todo caso, a las afueras de la villa. Hay otros investigadores que apuntan sin embargo que pudo ser en principio un convento masculino que se trasladó dejando espacio a las féminas. 

Profesión de Santa Clara, M. Benlliure
Profesión de Santa Clara, M. Benlliure
Monasterio de Santa Clara, Cuéllar
Monasterio de Santa Clara, Cuéllar

Hasta donde hemos llegado, creemos que el Monasterio de Santa Clara se fundó por bula de Inocencio IV, dirigida al entonces príncipe Alfonso X, en la que rogaba que se ocupara de este monasterio, cosa que sin duda hizo. La tradición recoge, sin embargo, el hecho en sí con un aire algo más novelesco y ciertamente más legendario e insiste en que fue Fernando III, su padre, quien pidió directamente a la mismísima Clara de Asís que enviara a Cuéllar a alguna de sus discípulas con objeto de fundar allí una casa de la orden.

Incluso llegó a decirse, como en otros muchos casos, que una de las religiosas enviadas a Cuéllar por Clara de Asís, familiar o allegada suya, había sido sepultada en el coro de la iglesia. En fin, me temo que en este caso, nunca lo sabremos dado que del convento primitivo no queda casi nada; fue demolido completamente para construir uno nuevo en el siglo XV aunque, curiosamente dos elementos del primer cenobio sobrevivieron, algo tan sublime como la sillería del coro y algo tan mundano como las viejas letrinas... 

No obstante a su regla de pobreza absoluta, el monasterio fue, como todos los anteriores, protegido y beneficiado por los reyes de turno y es que la vida no se sostiene sólo de la parte espiritual. Tengo que reconocer además que, gracias al patrocinio real, pudimos seguir su pista a lo largo del tiempo.

Retablo, Monasterio de Santa Clara
Retablo, Monasterio de Santa Clara

Nos consta así que, a finales del XIII, contó con el favor de Sancho IV, por deseo expreso de una muger, su madre Doña Violante, que confirmó a su abadesa y al convento el privilegio de las rentas del almotacenazgo o almotacén. 

Te preguntarás qué era tal cosa de nombre tan complicado y, por lo que he entendido, se trataba de un acuerdo por el que el convento recibía una cantidad de dinero por encargarse de la custodia física de los pesos y medidas que se usaban como referencia oficial en los mercados. Esto aseguraba, con la vigilancia debida, que no hubiera engaños en las transacciones comerciales. 

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar