La mujer en el románico rural segoviano

Antes de empezar, ¿Te atreves con este quiz?

Además de su iconografía religiosa, mucho más conocida y reconocible, el románico rural segoviano, sobre todo en el noreste de la provincia, en las comunidades históricas de Segovia (Valle del Pirón), Ayllón, Fresno, Fuentidueña, Pedraza y Sepúlveda, nos ofrece un interesante repertorio profano, con un carácter etnográfico notable, que no deja indiferente al que se adentra en él. Allí la mujer tiene su espacio.

¿Era esta iconografía una simple decoración más o menos procaz, o era un reflejo de la vida en la época del románico? Imagino que responde sin duda a ambos conceptos. Las piedras hablan y observar en este caso la figura femenina en nuestros pequeños templos románicos nos da la medida de cómo se la consideraba en la sociedad rural medieval.

El sobrio románico rural segoviano alegra nuestra vista con muestras más que sugerentes: una pareja de humildes aldeanos, mujer y hombre, hilan con la ayuda de un huso en San Miguel de Fuentidueña, un caballero se despide de su dama en San Vicente, en Pelayos del Arroyo, una dueña bien vestida se nos encara, en jarras, en la iglesia de Santa Marta, en Santa Marta del Cerro... y multitud de rostros de mujeres y de hombres trabajan, leen, bailan, sonríen, se mofan, muestran sus miedos o simplemente miran pasar la eternidad, cada día más desgastados por el tiempo inexorable.  

Santa Marta del Cerro
Santa Marta del Cerro
Fuentidueña
Fuentidueña
Sepúlveda
Sepúlveda
Pelayos del Arroyo
Pelayos del Arroyo
Gracias a ellos, somos capaces de imaginar, si la erosión no lo ha impedido, a la mujer incluso en su aspecto físico. Son elementos de un arte popular y pobre, sin pretensiones de excelencia, que tenía sobre todo una intención utilitaria.

Pero, mal que nos pese, la figura femenina no siempre tenía para el mundo medieval connotaciones positivas; en numerosas ocasiones, como en el resto del país, era portadora de un significado negativo, normalmente asociado al pecado... y más concretamente a la lujuria. 

Este arte sexuado, lujurioso e irreverente no fue excepción en el románico provincial. Si piensas que el románico erótico es cosa del norte de España, debes darte un paseo por el nordeste de la provincia de Segovia, donde un buen número de canecillos, metopas o capiteles van a demostrarte lo contrario. Anda, acompáñame!  

¡Navega por el mapa para saber dónde o sigue leyendo! Los colores te ayudarán a descifrar su mensaje.

Y el pecado se hizo mujer...

La figura de la mujer como incitadora al sexo es un tema recurrente en el noreste de la provincia. Compruébalo. Escoge uno de los temas que te propongo a continuación o, si lo prefieres, navega por el menú lateral.


Además de provocadora directa, otras representaciones femeninas del románico rural provincial nos aproximan al concepto perturbador de la lujuria en el mundo medieval. Las bailarinas y las contorsionistas adquieren así un protagonismo en el que... hay que leer más allá.


Aparte del desnudo, la provocación o el sexo explícito, el románico jugó también con símbolos y metáforas; allí las referencias implícitas a la mujer fueron notables, aun adoptando formas imposibles, no humanas, en las que normalmente se conservaba un rostro femenino mientras que el cuerpo se nutría de atributos animales. La mitología se convirtió así en la fuente de inspiración de un buen repertorio de fantasías eróticas donde convivían arpías y sirenas que, por su abundancia, sobrepasaron claramente al menos en número a las representaciones tradicionales. 


Y ¡no olvides buscar su iconografía femenina la próxima vez que visites alguno de nuestros templos de la provincia! 


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