Estrategas
Ellas no solo vivieron los estragos de la guerra, las hambrunas y las pandemias de turno, sino que, aunque parezca mentira, algunas participaron activamente en los conflictos armados. No son meras leyendas. Mujeres guerreras hubo, sin duda, en el sentido más estricto del término ¿Por qué no?
Hay claros indicios de que ciertas mujeres combatían a caballo y algunas llegaron a ser parte del propio ejército en la Europa occidental; las crónicas medievales dan fe de ello, colocando en numerosas ocasiones a las reinas al frente de sus mesnadas, organizando el avituallamiento de las tropas, opinando sobre las campañas militares y por supuesto financiándolas
No tenemos que ir muy lejos para comprobarlo; en nuestra tierra, la mismísima reina Urraca I se vio obligada en repetidas ocasiones a ponerse al frente de su ejército:
"(...) Llegó la mañana, salió la reina al campo con sus leales... y no moraba ya en castillos o ciudades sino en pabellones. Reunió pues un ejército muy grande y muy fuerte y persiguió al cruel régulo aragonés (...)"
¿Sabes, por cierto, a quién perseguía Urraca?
Curiosamente, ese régulo aragonés, su adversario, no era otro que su esposo, Alfonso I de Aragón, cuya historia, con la provincia de Segovia como telón de fondo, se describe en su mini biografía; y no fue ésta la única ocasión bélica de tan especial dama, cuyos enfrentamientos armados con la nobleza castellana fueron más que notables a lo largo de todo su reinado.
Otra reina muy nuestra, Berenguela, la segoviana, participó también en campañas militares, junto a su hijo Fernando III, el que sería conocido como rey santo, y además debió de encargarse de cuestiones tan necesarias como el avituallamiento y los pagos a las tropas. La conocida inteligencia de esta reina y regente llegó a la Crónica Latina de los reyes de Castilla, donde se le atribuyó incluso la estrategia militar que llevó a la victoria a su hijo en la campaña de Andalucía.
Pero las virtudes de Berenguela no pararon aquí. Gracias a sus habilidades epistolares, tenemos también una clarísima descripción de la decisiva batalla de las Navas de Tolosa, que ganaron los ejércitos de su padre Alfonso VIII.
Fue curiosamente a través de una carta que escribió a su hermana Blanca, entonces reina de Francia, en la que le informaba del desarrollo de la batalla.
En ella,
curiosamente, citaba incluso la increíble cifra de quince mil mujeres muertas, algo inaudito, pues no
hay apenas datos que den idea clara del número de fallecidos con distinción de
sexo ni siquiera en los tratados de la época.