¿Invisibles?
Noble o plebeya, me atrevería a apostar, y no
perdería, que la mujer fue vital
en la transmisión de valores y conocimientos en el ámbito privado, familiar o
conventual, tal como siempre ha ocurrido, pero, eso sí, desde la casi completa invisibilidad.
La mujer pudo no ser protagonista de la película de la repoblación, pero sí una secundaria de lujo que, excepcionalmente, se hizo con el premio a mejor actriz revelación. Fuera cual fuera su condición, mujeres anónimas, tanto individualmente, y en mayor medida, como grupo social, hicieron posible el éxito de este periodo tan olvidado de nuestro pasado. Y es que realmente sin ellas la repoblación, no habría sido posible.
La historia de las mujeres en esta época es, como todo, una sucesión de luces y sombras. En la zona de sombras, sabemos del sometimiento femenino al varón, de la restricción para acceder a la vida política, a asociarse o sindicarse y, por su puesto, de la limitación de su capacidad legal, pero en la zona de luces descubriremos cómo el patrimonio personal de la mujer fue fuertemente protegido, cómo administraba sus bienes con autonomía, cómo compraba, vendía y donaba con casi total libertad.
Conoceremos a segovianas políticas y estrategas, terratenientes, empresarias y trabajadoras, artesanas, aldeanas, pioneras, nobles y abadesas con poder de decisión, y trataremos de entender cómo la legislación sepulvedana intentó igualar en ciertas circunstancias a hombres y mujeres, aunque suponemos que la práctica no siempre les beneficiara. Los datos apuntan a que en las tierras de Segovia, como en Castilla, sus mujeres no fueron definitivamente tan invisibles como la Historia nos lo ha vendido.
